El kirchnerismo no está agotado, pero la presidenta Cristina Fernández  de Kirchner está encontrando límites inéditos a su gestión, tales como la reacción de la comunidad judicial ante el intento oficial de avanzar por sobre ese sector; y la emergencia de una sociedad que está  empezando a demostrar su malestar. Y que esta vez está dispuesta a escuchar denuncias sobre corrupción que antes no escuchó. Este  es un retazo del escenario que describió el analista político y director de la consultora "Poliarquía", Sergio Berensztein, en su disertación de ayer en Tucumán, en el auditorio de la Facultad de Derecho de la UNT.

Invitado por LA GACETA para su ciclo de conferencias 2013, el experto señaló que la opinión pública percibe que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner "no ha perdido el control, pero no resuelve problemas". 

Apoyado en datos de sondeos de opinión procesados por la consultora que dirige, Berensztein destacó que hay un entorno actual "de incertidumbre", una sociedad preocupada y cambios en el contexto político, "porque la presidenta encuentra restricciones para su reelección". A pesar de las turbulencias que marcó, afirmó que tiene "una visión muy optimista del país en el mediano plazo". Y  aseguró que el kirchnerismo "no dejará legado", "como no lo han dejado ni el menenismo, ni los gobiernos militares, ni el alfonsinismo, ni el desarrollismo". "La Argentina, reflexionó, es una máquina de destruir experiencias políticas".

Prospectiva

Descartada la reelección de Cristina para el 2015, destacó que los dos mejor posicionados como presidenciables para entonces son Daniel Scioli y Sergio Massa. "El PJ es el único partido nacional con vocación de poder y capacidad de gobernabilidad. El radicalismo perdió ese atributo. La ausencia de un sistema de partidos equilibrado profundiza esta carencia de líderes alternativos", afirmó. Sin embargo, no descartó la emergencia de Mauricio Macri como un presidenciable. "Macri tiene una chance para el 2015, Pero no le tiene que llover", dijo, medio en broma, medio en serio. 

En su análisis, lo que podría favorecer a Macri es el personalismo de Cristina. "Si Cristina gana por  el 40 por ciento de los votos (en octubre), se imagina no como candidata, pero  sí como líder, que elegirá; y elegirá un candidato para que pierda", analizó, y recordó una máxima que le atribuyen a Perón: "jamás darle el poder a otro peronista". "Para ella, el principal problema es que los dos mejores candidatos están en su partido (Scioli y Massa). No encuentra modo de bajarlo a Scioli ni con la huelga docente", afirmó.

De todos modos, observó que aunque el kirchnerismo muestra síntomas de agotamiento, y que  entró probablemente en su etapa final, el gobierno, por su vocación de poder, "sigue siendo vigoroso, y se niega a perder el control de la agenda".
No obstante, destacó algunas señales "inéditas" de la sociedad, entre ellas la fuerte reacción de la comunidad judicial de todo el país "que están dispuestos a hacer respetar la Constitución" en torno de los cambios en el Consejo de la Magistratura. Sin embargo, sobre ese punto, destacó "algunas sorpresas". Por ejemplo, que en sus sondeos de opinión pública sobre candidatos para el Consejo de la Magistratura, aparecen los nombres de la presidenta y de Elisa Carrió.

Anoche, Berensztein se detuvo especialmente en explicarle al público del flamante auditorio de  Derecho cómo y por qué fue decayendo en estos diez años el romance entre el kirchnerismo y una parte importante de la opinión pública. 
Recordó que en 2007 Cristina exhibía una importante imagen positiva; que esta cayó con la crisis con el campo y que sin embargo se revirtió gracias a un contexto económico internacional favorable. "Se recupera la imagen de Cristina. Y aparece un cisne negro: lo inesperado". Así definió el experto la muerte de Néstor Kirchner. Berensztein destacó el impacto que generó esa muerte en la sociedad argentina. "Cristina crece 20 puntos, hay un boom del consumo, elecciones con 55 por ciento de votos. ¿Qué ocurrió entre diciembre de 2011 y mayo? la presidenta pierde la mitad de su imagen. No hubo una caída económica similar a las del 2001 ni a la del 2009; ¿por qué entonces?", se preguntó. 

Su explicación es esta: "Muchos la habían votado por una cuestión emocional. Pero no votaron por el "vamos por todo". Y luego vinieron el escándalo de Ciccone, la tragedia de Once, la postergación por tres meses de las paritarias,  que antes se cerraban hacia abril, con el conflicto con Moyano y las expectativas del gobierno de moderar las pautas salariales."
"En los últimos dos meses cae la imagen de Cristina, traccionada en parte por las inundaciones, por las denuncias de corrupción, por el cepo al dólar y por el blanqueo del dólar. Y por el dato de que esta vez hay una sociedad que tiene deseos de escuchar estas cosas. El conjunto de esos temas explica esta caída", evaluó. Sin embargo, reconoció que cuando se le pregunta a la gente por la aprobación o desaprobación de la gestión presidencial, "la aprobación a la gestión está en un 43 %". "Pero el que desaprueba no tiene candidato. Nadie capitaliza", remarcó. Y puso énfasis en otro matiz: "cuando se pregunta por la economía, dos tercios de los argentinos rechazan la gestión, y esto es nuevo. De modo que se puede afirmar que hay atributos no económicos en la gestión de la presidenta: enumeró la Asignación Universal por Hijo y el incremento en el  presupuesto educativo, aun cuando no haya mejorado la calidad de la educación".
 
Optimista
En su disertación, Berensztein se permitió ser optimista, a mediano plazo. ¿Por qué ? Para explicarlo, en parte recurrió a una comparación entre Venezuela y Argentina . "Argentina nunca será Venezuela", afirmó. Y añadió: "En Venezuela, el petróleo financia el populismo; en Argentina, el populismo financia a las petroleras. Chávez fue lo que fue gracias al precio del petróleo, en la Argentina, se intentó la 125, el retraso cambiario, y fueron inventando otras cajas, ahora tienen que ir por el blanqueo capitales. Pero hay otra cuestión. Chávez era militar. Las fuerzas armadas son el Chavismo; en la Argentina destruimos las Fuerzas Armadas. Cristina no tiene ningún actor nacional, intentó crear Unidos  y Organizados. Además, en Venezuela nunca hubo clase media. La clase media quiere consumir, y quiere libertad. La clase media se rebeló, pero está gestando algo que no sabemos qué, para frenar, junto con los medios de comunicación  y con la Justicia, los intentos de avance hegemónico del kirchnerismo".

PERFIL
Sergio Berensztein
Es profesor Investigador del departamento  de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella; PhD y Master en Ciencia Política, University of North Carolina, en Chapel Hill. Licenciado en Historia de la UBA, es director de Poliarquía Consultores.